Se trata de un estudio conjunto de Intel Labs y la Universidad de Cornell que demuestra que el chip Loihi permite a los ordenadores oler productos químicos peligrosos.
Este chip tiene capacidad de búsqueda neuromórfica de Intel. Esto quiere decir que puede interiorizar sustancias químicas peligrosas y reconocerlas en presencia de interferencias y elementos de bloqueo.
En las pruebas realizadas este chip Loihi pudo “oler” cada tipo de olor con una única muestra sin interferir en los anteriormente almacenados. Se demostró más precisión que otras soluciones que necesitaan 3.000 veces más muestras para conseguir la misma precisión.
Nabil Imam, científico investigador sénior del Laboratorio de Computación Neuromórfica de Intel, explicó que «Estamos desarrollando algoritmos neuronales en Loihi que imitan los procesos que se activan en nuestro cerebro al oler algo. Este trabajo es un excelente ejemplo de la investigación contemporánea, a medio camino entre la neurociencia y la inteligencia artificial, y pone de manifiesto el potencial de Loihi para ofrecer destacadas capacidades de detección que podrían beneficiar a diversos sectores».
Posibles aplicaciones del chip Loihi y su capacidad para oler
Gracias a esta mejora en la detección de olores peligrosos, será más fácil detectar productos que pueden servir para la fabricación de explosivos, narcóticos y polímeros.
Así, en un futuro los sistemas olfativos electrónicos portátiles que lleven estos chips neurofórficos servirán de ayuda a los médidos para diagnosticar enfermedades.
Además, en los aeropuertos ayudarán a detectar armas y explosivos. También, en el control de fronteras servirán para localizar sustancias narcóticas. Y en un entorno doméstico, podrán servir para crear detectores de humo y monóxido de carbono más eficaces.
El estudio de chip Loihi
Este estudio del chip Loihi de Intel que permite oler a los ordenadores puede consultarse en Nature Machine Intelligence,
En este estudio se utiliza un algoritmo neural derivado de la arquitectura y la dinámica de los circuitos olfativos cerebrales.
En el entrenamiento de este chip Loihi se usó la búsqueda neuromórfica para reconocer y almacenar los olores de diez sustancias químicas peligrosas.
Y esto se hizo con los datos recogidos de 72 sensores químicos que respondían a estos olores. Y se configuró el diagrama de circuito del olfato biológico en Loihi.
Finalmente, este chip aprendió la representación neuronal de cada uno de los olores y los reconoció.